Las metodologías ágiles, cuyo origen fue dado en el ámbito del desarrollo de software ¿pueden aplicarse en contextos educativos sin relación directa con el desarrollo de software? Y si así fuera ¿cuáles son los motivadores y cuál es el objetivo de aplicarlas?
Uno de los ámbitos de interés es el de los educativos formales regidos por un diseño curricular general. Aunque el proceso de transformación curricular no se vea tan acelerado, en algunos casos con formatos de aplicación que se sostienen obstinadamente en el tiempo, existen históricos argumentos que son fundamentales en contextos educativos contemporáneos que sostienen que la construcción de carácter singular, se genera en relación con un objeto de estudio particular y con sujetos particulares.
Como expresión de su carácter singular cobra relevancia, asimismo, reconocer que la construcción metodológica se construye casuísticamente en relación con el contexto (áulico, institucional, social y cultural). Esto en plena concordancia con algunos de los objetivos de aplicar MA en Desarrollo de software, evidencia que las MMAA pueden ser herramientas útiles en el contexto de enseñanza y aprendizaje.
Las Metodologías Ágiles pueden ser una manera de enseñanza práctica basada en la experiencia y el trabajo en equipo, el diálogo, la argumentación y el pensamiento crítico para aprender, resolver problemas y ampliar conocimiento.
Hace casi una década que trabajo con metodologías en contextos corporativos. Desde el comienzo, el aprendizaje de nuevas y mejores formas de hacer las cosas (que por cierto, es mi definición de metodologías ágiles) ha sido parte de esos trabajos y las empresas en las que aprendí fueron y siguen siendo buenos contextos formativos. En todos los casos, las Metodologías Ágiles han ayudado a tomar conciencia del cómo estamos haciendo las cosas, para darnos cuenta antes de lo que pasa, bueno o mejorable, mediante revisión continua, reflexión, apropiación del hacer y actuando mediante la adaptación a entornos cambiantes.
Mirando la otra cara del análisis aquí, Uds dirán, bueno pero las motivaciones de los estudiantes en contextos formativos formales respecto de la empresa, e incluso entre ellos (primaria, secundaria, terciaria, universitaria) son muy distintas. Esto es cierto, los estudiantes de escuela primaria o secundaria no necesariamente lo hacen porque les guste, quieran desarrollarse en esa línea de aprendizaje, o pretendan trabajar de eso... al menos en Argentina no lo es.
Sin embargo existe un punto común en todos estos ámbitos incluyendo a la empresa y es que todos son contextos formativos y según sea la conciencia de esa enseñanza aprendizaje, serán los resultados. En todos hay propuestas educativas, entornos cambiantes, diversos porque las personas que están en ellos son distintas, con realidades diferentes y recursos distintos, entonces no puede ser que la forma de recibir información, de captar, de capitalizar, de transmitir y de aplicar ese saber sean las mismas para todos, hablando de una escuela respecto de otra, una clase universitaria respecto de otra, una empresa respecto de otra.
Las metodologías ágiles se construyen para el contexto, circunstancias e idiosincrasia de la propia institución que las utiliza.
La enseñanza orientada a la acción se inicia en una situación concreta propia de cada alumno que debe ser ejercitada para luego deducir una regla general. Ahí entran las metodologías ágiles. Estas formas habilitan la creación de contextos abiertos vinculados a su entorno, listos para que el grupo de personas que lo ocupa, lo configure y lo haga propio más allá de los límites y disposición del espacio, recursos y herramientas disponibles, todas ellas aprovechadas a tal fin.
Las Metodologías Ágiles resultan en una manera de enseñanza práctica basada en la experiencia y el trabajo en equipo, el diálogo, la argumentación y el pensamiento crítico para aprender, resolver problemas y ampliar conocimiento. Es un método que apuesta por la creatividad, la prueba, la adaptación, la reflexión y la mejora continua como sistema de aprendizaje.
Como consecuencia se generan equipos de trabajo autoorganizados y comprometidos basados en la confianza. Mejora la comunicación, a partir de la acción y facilita la proyección del aprendizaje, promueve la autonomía y desarrollo personal. Por supuesto: Las recetas de aplicación de cada metodología no son únicas. Las metodologías se construyen para el contexto, circunstancias e idiosincrasia de la propia organización. Es fundamental enfocarse en las personas. Es un proceso iterativo, experimental y de continua mejora, donde cada método representa lo que esa organización es en ese momento. La metodología cambia a medida que cambian las personas que la crean. La experiencia y la iteración permiten anticiparse a los problemas y hacer un tratamiento temprano de los mismos. La pasión, vocación, dedicación y entusiasmo, garantizan el éxito.
Habiendo abordado un marco contextual de aplicación, en la próxima parte nos sumergimos en casos prácticos de usos ágiles en contextos áulicos y analizaremos sus resultados y potencialidades.