Medioambiente

Huellas Ecológicas en la Fruticultura

Entrevistamos al Mg. Ing. Ariel Lorenzo, especialista en intervención ambiental para que nos de una dimensión de la huella ecológica de la actividad frutícula en el Valle.  

Sos un experto en Intervención Ambiental y te graduaste de la Maestría de Intervención Ambiental con un trabajo de Huella Ecológica para la Fruticultura del Valle. Entonces empecemos por acá: ¿qué es una huella ecológica?


La huella ecológica es un indicador ambiental utilizado para darnos una idea de la cantidad de Bienes y Servicios que consumimos. La producción de Bienes y Servicios genera emisiones de CO2 a la atmósfera y para poder compensar esas emisiones se requieren determinadas cantidades de superficies verdes. Este efecto de balance se produce a través del proceso de fotosíntesis de las plantaciones verdes, que consumen C02 para poder realizarlo.  De manera que el indicador de Huella Ecológica es una traducción de Bienes y Servicios en superficie de Naturaleza. Es decir, todos los bienes y servicios que consumimos cada día -productos de supermercado, combustible, papel y consumibles de todo tipo - se transforman en hectáreas de bosque o de naturaleza y se realiza una evaluación de disponibilidad de esos recursos. Por ejemplo, si calculamos un promedio por ser humano estaríamos necesitando 2,9 hectáreas por individuo y sin embargo solo tenemos disponibles 2.1 hectáreas para absorber emisiones. Eso significa que estamos excedidos en las capacidades de recuperación planetaria aproximadamente en un 40%. Esto se denomina Huella Ecológica Clásica. 


Luego existe una huella ecológica denominada Empresarial, que es la que abordé en el trabajo de tesis que propuse, también relacionada con las hectáreas de naturaleza consumida por las actividades de producción de bienes y servicios por parte de las empresas pero incorporando la noción de devolución de dichas hectáreas. Por ej. si una determinada empresa tiene una huella ecológica empresarial de mil hectáreas, eso significa que debe aportar mil hectáreas de naturaleza para balancear lo que consume para sus actividades productivas. 

La Huella Ecológica Corporativa, es decir aplicada a la empresa, podría ser el indicador ambiental de sostenibilidad aplicable a la región.

¿Qué relación tiene la Huella Ecológica con la fruticultura del Alto Valle?

Entonces, la huella ecológica lo que busca cuantificar es la producción de dióxido de carbono, uno de los gases con más permanencia atmosférica. Existen otros gases de efecto invernadero, pero que en términos de producción primaria para el caso de la fruticultura no se toman en cuenta. De manera que la relación que tiene la huella ecológica para la producción primaria de la fruticultura es la misma que para cualquier otra actividad productiva ya que el proceso productivo requiere el consumo de bienes y servicios para su ejecución. En el trabajo que propuse se buscó determinar la cantidad de hectáreas que requiere la producción primaria de Peras y Manzanas para contrarrestar la generación de CO2 que el proceso productivo libera a la atmósfera. Al final de mi trabajo, se demuestra que la producción de Peras y Manzanas podría ser un sumidero de CO2, ya que la cantidad liberada a la atmósfera es menor que la que podría llegar a absorberse por la misma unidad productiva. Después por supuesto hay que explorar otros eslabones de la cadena, ya que si bien mi trabajo se centró en producción primaria, existe luego el eslabón del transporte, el empaque y el mismo consumidor. La idea es tratar de llegar a un balance cero, es decir, la superficie que necesito para producir la manzana debería ser igual a la cantidad de superficie verde que compensa las emisiones. 

Se sabe que resulta difícil compatibilizar la agricultura sustentable -demandada por la sociedad moderna- y lo que ofrecen los actores responsables de la producción de alimentos. ¿por qué sucede esto?

No estoy seguro de que el problema sea la dificultad en sí. Pienso que éstas políticas requieren un tiempo de maduración y de empoderamiento de la problemática. Muchos quizá no creen en el cambio climático, producido por la emisión de gases invernaderos, y que estos gases son generados principalmente por la lógica de consumo de Bienes y Servicios. Si bien el cambio climático se dará de todas formas y de manera acelerada por procesos humanos, quizá no nos de tiempo para adaptar nuestra tecnología para obtener alimentos y cubrir la demanda de la población mundial. Por ello los países desarrollados son los primeros que deben comenzar a aportar en ese camino y trasladar sus aportes tecnológicos a los países en vías de desarrollo. Quizá en estos momentos en países como los nuestros puede ser difícil llegar a aplicarlos en algunos casos, pero en algún momento se debe comenzar porque las consecuencias del cambio climático ya se empiezan a ver y realmente nos urge comenzar a ser competitivos en ese aspecto con nuestros productos.  Es necesario que se comience a tomar conciencia. Las condiciones climáticas van a seguir empeorando y esto nos debe hacer pensar. En los países desarrollados ya se comienzan a ver iniciativas de cambio, y es probable que pronto comiencen a exigir productos con menor huella ecológica.

En algún momento se debe comenzar porque las consecuencias del cambio climático ya se empiezan a ver y realmente nos urge comenzar a ser competitivos en ese aspecto con nuestros productos.

¿Qué le falta a la producción del Alto Valle para ser considerada sustentable?

La producción Primaria del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, cuenta con prácticas que pueden considerarse sustentables. Habría que seguir incorporando tecnologías en ese sentido pero las condiciones climatológicas que poseemos en la región constituyen una fortaleza que nos brinda un estatus competitivo que aún no estamos aprovechando al 100%. Si bien estamos generando una conciencia de producción en términos de agroecología, seguimos muy lejos de nuestro potencial todavía. En ese sentido, requerimos indicadores que determinen en qué posición está cada unidad productiva y en esto la huella ecológica puede ser un excelente indicador ya que no es complejo de calcular, solo se necesitan los datos contables por unidad productiva o simplemente las actividades agrícolas efectuadas que se pueden registrar en los cuadernos de campo. Además de serlo hay que parecerlo y en este sentido los indicadores tomarían un rol relevante ante el resto del mundo ya que existen indicadores globales y otros regionales. Pero necesitamos comenzar a tomar conciencia en este sentido, porque además de generar un valor económico y competitivo se sostienen iniciativas que ayudan a mitigar el cambio climático.

¿Visualizas un escenario donde los indicadores puedan ser un común denominador en el Alto Valle?

Sí, y justamente la Huella Ecológica Corporativa, es decir aplicada a la empresa, podría ser el indicador ambiental de sostenibilidad aplicable a la región. Solo se requiere la incorporación de algunos ítems adicionales a los cuadernos de campo que hoy se utilizan. De hecho, muchos productores vienen certificando buenas prácticas agrícolas. A mi me parece que la Huella Ecológica aplicada a la Empresa es una muy buena herramienta. 

La Huella Ecológica Corporativa, es decir aplicada a la empresa, podría ser el indicador ambiental de sostenibilidad aplicable a la región.

En relación a otros países productores de frutas, en qué situación se ubica la huella ecológica de la producción valletana?

En general tenemos una posición favorable respecto a otros países debido a que en general el riesgo es gravitacional, de manera que no requerimos el consumo de energía para elevar el nivel del agua. Por otro lado, las condiciones climatológicas impiden el surgimiento de hongos o enfermedades fúngicas, con lo que por ese lado también estamos en una situación favorable respecto a la huella ecológica de países competidores. Si bien no somos los únicos con condiciones favorables, Sudáfrica está en una situación similar a la nuestra, sí estamos en una situación privilegiada en términos de necesidades de consumo energético para el riego y riesgo de enfermedades fúngicas en la fruta.

Finalmente... ¿Qué rol pensas que debería jugar el Estado y la Academia en la problemática de la huella ecológica de la fruticultura valletana? 

En primer término, la función del Estado debería ser divulgar este tipo de indicadores ambientales frutícolas ya que no solo sirven para la actividad tradicional del Valle sino también para todo tipo de operaciones productivas. La población se mantendrá informada y a causa de eso, podrá determinar cuáles empresas tienen una menor huella ecológica lo que habilitaría a poder elegir consumir productos ecológicamente más responsables. Entonces la divulgación es importante. Por otro lado, el Estado juega un rol estratégico en las relaciones internacionales en términos de la consecución de recursos económicos e inversiones tecnológicas para que se pueda ir mejorando este u otros indicadores que optimizan la captación del CO2 generado o su emisión. En este sentido, tiene mucho que ver el convenio marco de Naciones Unidas aprobado en el protocolo de Kioto que opera sobre los países del primer mundo, los cuales deben abonar derechos de emisión por gases de efecto invernadero. Esos fondos pueden utilizarse para generar los desarrollos tecnológicos que mitiguen la emisión de CO2 en países en vías de desarrollo. Respecto de la comunidad académica, se está avanzando lentamente sobre el desarrollo de tecnología y técnicas agroecológicas que habiliten un manejo cada vez más sustentable sobre la producción de peras y manzanas del Alto Valle. Además, pienso que puede jugar un rol importante en hacer disponible este tipo de indicadores para otros tipos de industrias.



Ing. Agr. Ariel LorenzoMagister en Intervención Ambiental por FAIN UNCo

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